“Pero también es verdad que con alguna circunstancia asociada al nerviosismo o de estrés laboral aparecen nuevos brotes”.
Hace seis meses que Javier ha abandonado por prescripción médica el protector estomacal y ahora solo lo toma cuando sabe que comerá o cenará copiosamente.
Javier ha notado que cuando sale a correr o a andar antes de cenar duerme mejor porque “facilita esos movimientos gástricos y evita el reflujo”.
Antonio M Moreno García, portavoz de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y Especialista Apto. Digestivo en el Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz) ha respondido a estas preguntas formuladas por EFEsalud
-1) ¿Cuáles son los síntomas de la hernia de hiato?
Lo primero, es aclarar que la presencia de una hernia de hiato no siempre produce síntomas.
Cuando la hernia de hiato es sintomática, sus manifestaciones se deben al reflujo gastroesofágico, que es el paso del contenido ácido del estómago hacia el esófago, pudiendo alcanzar la garganta.
Se puede manifestar como:
–Pirosis o ardor: que es la sensación de quemazón que va desde el estómago y puede llegar a la boca.
–Disfagia: que es la dificultad para el paso del alimento hasta el estómago.
–Dolor abdominal, que se localiza en la parte superior del abdomen.
–Dolor torácico. Esta es una situación en la que cuadro de dolor puede ser muy similar al de origen cardiaco, debiendo descartarse inicialmente esta posibilidad.
–Afonía o disfonía por la irritación ácida que se produce en las cuerdas vocales.
–Tos crónica si el paso del contenido gástrico llega a la vía aérea.
–Hemorragia digestiva alta, ya sea como vómitos con contenido hemático rojo o deposiciones con heces negras como el alquitrán.
Esto es debido a que se ha producido una esofagitis por reflujo a nivel esofágico o ha aparecido una úlcera a nivel de la mucosa del saco herniario.
–2) ¿Cuándo y por qué aparecen los síntomas?
Como he apuntado antes los síntomas aparecen cuando se asocian al reflujo ácido gastroesofágico.
Los síntomas se deben a la acción del ácido sobre la mucosa de los distintos territorios a los que llega.
Así sobre la esofágica, causa los síntomas de quemazón, ardor, dificultad para tragar, etc. Si llega hasta la mucosa faringea, laríngea o bronquial causará la tos o la disfonía.
-3) ¿Existen algunos síntomas engañosos?
Más que engañosos, podríamos definirlos como a priori no relacionables con la presencia de la hernia de hiato y del reflujo gastroesofágico secundario a la misma.
Es decir síntomas ante los cuales no pensamos, de inicio, en un origen digestivo.
Entre ellos tenemos la laringitis por reflujo gastroesofágico que causará una disfonía; la tos crónica por irritación faríngea o afectación de las vías respiratorias.
También algunos casos de asma bronquial de mal control en los que se implica esta patología e incluso problemas con la dentadura cuando el ácido alcanza la boca y daña la dentina y el esmalte dental.
“Pero por su gravedad y consecuencias si no se actúa adecuadamente, encontramos el dolor torácico o dolor de pecho, que puede simular un evento cardíaco tipo anginoso o infarto”
Ante esta situación se debe acudir a un centro médico para realizar un correcto diagnóstico y tratamiento por si se tratara de un evento cardíaco.
-4 ¿Hay distinción por edad y género?
No existe distinción por edad ni género.
-5) Complicaciones derivadas de padecer hernia de hiato y reflujo gastroesofágico:
Sufrir reflujo gastroesofágico de forma continuada, sin recibir tratamiento para corregirlo, puede conducir a sufrir complicaciones. Así puede provocar:
-Esofagitis péptica o por reflujo: el paso del ácido del estómago al esófago origina una inflamación de este último que van desde un leve eritema a erosiones y a verdaderas úlceras.
-Estenosis esofágicas: si se perpetua en el tiempo la inflamación del esófago haciéndose crónica pueden aparecer zonas estrechas en el mismo.
Esto originará dificultad para que pasen los alimentos manifestándose como una disfagia.
-Esófago de Barrett: el esófago cambia las células normales por otras que resisten la acción del ácido que son similares a las del intestino delgado (metaplasia intestinal).
“Conocemos que estas células intestinales situadas a nivel del esófago tienen un pequeño riesgo de degenerar en células tumorales que pueden conducir a un adenocarcinoma de esófago”
Se estima, según el especialista, que el riesgo de padecer un cáncer asociado al Barrett es de alrededor del 0,5% cada año.
Por eso los pacientes con esta patología precisan de revisiones endoscópicas periódicas para detectar y tratar lesiones en etapas iniciales.
-6) ¿Ante qué circunstancias debemos estar atentos?
Debemos estar atentos y consultar con el médico si aparecen algunos de estos síntomas:
-Disfagia o dificultad para tragar alimentos sólidos y/o líquidos.
-Episodios de regurgitación nocturna de los alimentos desde el estómago a la boca.
-Dolor torácico no explicado por otras causas.
-Pérdida de peso no explicada.
-Si se vomita sangre o aparecen heces melénicas (negras y pegajosas como el alquitrán)
-Episodios de ahogo sobre todo nocturno relacionados con regurgitaciones desde el estómago.