Unidad de Cirugía General
La Cirugía General se ocupa de identificar, diagnosticar y tratar mediante la cirugía aquellas patologías que tienen que ver con las áreas del sistema digestivo, pared abdominal, endocrino, la mama, la piel, partes blandas y retroperitoneo, así como otras dolencias externas en la parte de cuello y cabeza. Además, esta especialidad combate también los problemas generados por las glándulas tiroides, paratiroides y suprarrenales.
La técnica más utilizada en este tipo de intervenciones de cirugía abdominal es la vía laparoscópica o técnica mínimamente invasiva, la cual favorece una recuperación más rápida que las cirugías abiertas y mejora la estética final. Nuestros profesionales son especialistas que determinarán cuál es el tratamiento más adecuado en cada caso.
Tratamos
Trabajamos las siguientes patologías
Tiroides
La tiroides es una glándula situada justo encima de nuestra clavícula. Esta glándula es la que regula el metabolismo del cuerpo, es por esto que cuando tenemos problemas de tiroides van unidos a nuestro peso.
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Detectar la tiroides a tiempo para poder solucionarla lo antes posible es esencial, así que debemos tener en cuenta estos signos: la fatiga y cansancio a pesar de haber dormido, el aumento o pérdida de peso, dolores de espalda o musculares en general, falta de deseo sexual y problemas de reproducción, disminución de la temperatura corporal, garganta inflamada deterioro de uñas, cabello y piel reseca.
También es muy común sentir un estado de ánimo muy bajo o de ansiedad. Ante estos síntomas, debemos acudir a médico especialista, ya que dependiendo de la gravedad del caso y de nuestro cuerpo, necesitaremos medicamentos antitiroideos y levotiroxina que repondrán el nivel de hormonas que deberíamos tener. Las causas pueden ser muy diversas: podemos haber heredado los problemas endocrinos de algún familiar, habernos sometido a una radiación en la zona donde se encuentra esta glándula, abusar o tener una dieta baja en sal, o por el hecho de ser mayor de cierta edad, puede que se desarrolle, normalmente suele ser a partir de los 50 años. Prevenir este problema es muy complicado, pero siempre ayudará el hecho de controlar nuestros niveles de yodo en la dieta.
Hemorroides
Las hemorroides son muy comunes. Se generan por el aumento de la presión en la zona del ano, que provoca que las venas y tejidos se hinchen. Las causas pueden ser varias. El estreñimiento o diarrea, el abuso de laxantes, hábitos de vida desordenados, o la predisposición hereditaria son algunas de ellas. Es muy común también la aparición de estas molestas dolencias durante el embarazo, por el aumento de la presión abdominal y la disminución de la circulación sanguínea.
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Los síntomas más comunes son el picazón, quemazón y dolor en general de la zona. También la inflamación de una parte dela no, la secreción de mucosa anal y sangrar durante la defecación. Los tratamientos de las hemorroides pueden variar según la gravedad. En algunos casos, se necesitarán pomadas y en otros cirugía, dependiendo siempre de lo que nos indique el especialista en cirugía general. Para prevenir que esto pase, se recomienda un estilo de vida saludable, ya que nuestra dieta es clave y añadir fibra a nuestra alimentación diaria es muy beneficioso, mantener una buena higiene anal, mantenernos hidratados y evitar sobre esfuerzos.
Varices de miembros inferiores
Las varices se deben a la presencia de válvulas débiles en las venas. Esta inflamación suele ser de color morado, completamente visibles en la piel y causan dolor y pesadez en as piernas.
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Estar sentado o de pie durante largos periodos de tiempo puede complicar la circulación y, por tanto, generar varices. Así que para evitarlas será importante estar en movimiento.
Hacer ejercicio, masajes y mantener un buen peso también es necesario. El ajo es un alimento que generalmente ayuda también a eliminar y prevenir, aunque lo más indicado es acudir a un especialista para que determine cuál es la mejor solución, ya que en muchas ocasiones, lo único que puede eliminar esta molestia es la cirugía.
Hernias en la pared abdominal
También llamada hernia crural, está situada muy próxima a la ingle y el muslo. Se provoca cuando la pared del abdomen se debilita, permitiendo que parte de algún órgano sobresalga. Generalmente este órgano que suele protruir es el intestino.
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Las hernias abdominales pueden tener diversas causas de aparición. Es posible que el motivo sea congénito, que significaría que la hernia ha existido desde siempre, pero no se ha hecho visible hasta ahora. Otra causa pueden ser intervenciones quirúrgicas que se han realizado previamente, cuyas roturas con el paso del tiempo se han ido debilitando. Hay otras ocasiones en las cuales el envejecimiento o el sobre esfuerzo en la zona, hacen que aparezcan este tipo de dolencias.
Podemos identificar una hernia de este tipo cuando notamos un bulto en la zona, especialmente durante los momentos en los que hacemos esfuerzo. Es posible que desaparezcan cuando estamos descansando. La forma de prevenir este problema, es no abusar a la hora de cargar peso, practicar ejercicio regularmente, así como evitar el estreñimiento.
Enfermedades de vesícula
La vesícula biliar es un elemento clave en nuestro organismo, ya que nos ayuda a hacer la digestión con la bilis que almacena. Por eso, en estos casos una disfunción gastrointestinal puede ser de lo más molesta. Normalmente estas dolencias afectan más a mujeres que a hombres, y en la mayoría de los casos las causas son el sobrepeso y el colesterol.
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Existen algunos síntomas que nos ayudarán a darnos cuenta de que algo va mal en nuestra vesícula. Algo que pasaría desapercibido, como puede ser el mal aliento o la fiebre, podría ser un aviso del cuerpo. El color demasiado claro de la orina y las heces también podría estar indicándonos que debemos acudir a nuestro médico de cirugía general.
Otros síntomas son el dolor de espalda y abdomen, nauseas, hinchazón en la zona abdominal y gases. En ocasiones, incluso podemos llegar a notarlo en nuestro tono, ya que si tenemos ictericia, notaremos que tanto la piel como los ojos amarillean. Podemos evitar llegar a este tipo de problemas si rehusamos consumir alimentos ricos en grasa, huevos o lácteos. Lo más importante es nuestra dieta, aunque realizar ejercicio periódicamente y tomar mucha agua, puede ayudar también.
Apendicitis
La apendicitis se da cuando nuestro apéndice, situado en el ciego, se inflama. Es problema muy común, que aparece casi de forma repentina en forma de dolor.
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A pesar de que el apéndice se localiza en la parte inferior derecha de nuestro abdomen, cuando empieza el dolor de apendicitis, está localizado en la zona que rodea el ombligo. Normalmente ni siquiera somos capaces de identificar exactamente de donde llega este dolor. El principal síntoma es precisamente este, el dolor intenso del abdomen, también podemos sentir que la pared del mismo está especialmente rígida. Los mareos, vómitos y pérdida del apetito, junto a la fiebre y problemas de evacuación como diarrea o estreñimiento son dignos de esta dolencia.
El tratamiento de la apendicitis es una cirugía urgente, donde se extirpa el apéndice y se acaba con la inflamación. No es seguro que la podamos evitar, pero sí es cierto que para prevenirla, llevar una alimentación rica en fibra, que nos faciliten el proceso digestivo es lo más importante.
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