El doctor en medicina interna se encargará de poner en marcha todo el operativo: solicitando a las diferentes especialistas los análisis o pruebas pertinentes, indicando en la derivación los motivos de las pruebas y requiriendo que se investiguen aquellos valores que considere necesarios, todo ello a fin de que estos estudios proporcionen una información ajustada a cada caso. En este momento, el paciente pasa a disposición de los especialistas con los que tendrá un breve contacto que coincidirá en principio y a no ser que se detecte alguna patología que requiera un estudio más pormenorizado con la duración de las pruebas. Una vez se hayan realizado todos estos estudios, el doctor de medicina interna recibirá todos los resultados, los interpretará de forma conjunta y global y determinará en función a ellos las recomendaciones particulares siguiendo las que hayan proporcionado los especialistas pero otorgándole una dimensión integral adaptada al día a día «deportivo» del paciente. En ese sentido se puede recomendar la práctica de un deporte concreto adecuado a las condiciones previas de salud del paciente, planear un entrenamiento a fin de obtener el rendimiento deseado o proponer una rehabilitación o tratamiento de fisioterapia en caso de presencia o posible riesgo de lesión. Así mismo se puede aconsejar la realización de más pruebas o la visita a uno de los especialista si estos controles han revelado información que debe ser estudiada en profundidad o sugieren la presencia de una enfermedad o dolencia concreta.